Ésta es una época fuertemente marcada por las tradiciones y las costumbres. El festejo de la navidad y la culminación del año involucran una serie de hábitos que se mantienen a lo largo del tiempo. Reuniones sociales, el famoso balance sobre los meses vividos, el armado del arbolito de navidad, la ensalada de frutas y el vitel toné son algunas prácticas que permanecen y no pueden faltar en muchas personas y familias. Las vigencias de estos actos trascienden generaciones y perduran por siglos. Año tras año hacemos siempre lo mismo; esto es señal que nos ocupamos de hacer permanecer las tradiciones; pero cabe formularnos las siguientes preguntas ¿Permanece la fe en mí? ¿Permanezco yo en Cristo?
Dice 1 Juan 2:6 “El que dice que permanece en El, debe andar como El anduvo”.
Muchos procuran mantener las tradiciones, pero hace años que se han alejado de la fe. Celebramos la navidad, pero ¿Nos parecemos a Jesús? Además de festejar su nacimiento debemos ocuparnos de lo verdaderamente importante: andar como él anduvo.
Si no tenemos idea de qué significa esto, es tiempo de reflexionar sobre la vida de Cristo y sobre nuestras conductas.
Jesús anduvo en obediencia al Padre, Él dijo: “En verdad, en verdad os digo que el Hijo no puede hacer nada por su cuenta, sino lo que ve hacer al Padre; porque todo lo que hace el Padre, eso también hace el Hijo de igual manera.” La obediencia entonces es un rasgo característico de Cristo y de los cristianos. Eso de vivir “a mi manera” nos aleja de Dios, hacer su voluntad debe ser nuestro deleite. Jesús dijo: “Mi comida es hacer la voluntad del que me envió y llevar a cabo su obra.” (S Juan 4:34) Ahí tenemos un rico plato para comer en esta navidad.
“Muchos procuran mantener las tradiciones, pero hace años que se han alejado de la fe. Celebramos la navidad, pero ¿Nos parecemos a Jesús? "
Jesús anduvo con un corazón sencillo. Él dijo “Aprendan de Mí, que Yo soy manso y humilde de corazón, y hallarán descanso para sus almas” (S Mateo 11:29). Esta es la clave para gozar de la paz que tanto se desea en las fiestas. La verdadera paz y descanso provienen de un corazón manso y humilde como el de nuestro Señor. Tener ese corazón es un verdadero regalo que podemos recibir de Dios en esta navidad.
Por último, debemos permanecer en el amor; el que dice que permanece en Cristo y aborrece a su hermano, el tal es mentiroso, anda aún en tinieblas, está cegado sin saber a donde va.
Que en esta navidad podamos volvernos a Cristo y permanecer en él, y disfrutar de sus grandísimas promesas
Si permanecen en Mí, y Mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran y les será hecho. S Juan 15:7
¡Felices Fiestas!
“Por último, debemos permanecer en el amor; el que dice que permanece en Cristo y aborrece a su hermano, el tal es mentiroso, anda aún en tinieblas, está cegado sin saber a donde va."