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Junto a mi esposa Sara, nuestros hijos y un gran equipo de liderazgo, hemos recorrido 27 años de ministerio.

​Dios ha sido fiel y a través del evangelio nos ha permitido impactar en la sociedad con el amor de Cristo y la acción de su iglesia.

Ap. Víctor Doroschuk.

Misión

Visión

Valores de la fe

Testimonio

Ancla Mision

Misión

Desde hace 27 años el ministerio Vida y Paz ha asumido el compromiso de establecer el Reino de Dios en nuestra sociedad. Por esta razón, trabajamos en distintas áreas de la persona, desde lo netamente espiritual hasta aquello que influye en la formación del mismo como ser social, por ejemplo: educación, deportes, confraternidad y acción social en general.

Ancla Vision

Visión

Desde San Rafael hacia el mundo. A través de la proclamación del evangelio Dios está provocando una transformación en nuestra ciudad.

Nuestra visión es que San Rafael, en cada una de sus áreas y estratos, sea una ciudad rendida a Jesucristo y bajo el favor de Dios. Convirtiéndose así también en un modelo para el país y las demás naciones. Por este motivo el trabajo impulsado desde el ministerio abarca áreas como la educación, el deporte, las adicciones, las familias entre otras tantas.

VALORES DE LA FE

Ancla Valores de la fe

Al que cree

TODO LE ES POSIBLE

TESTIMONIO

Ancla Testimonio
Mi nombre es Víctor Doroschuk, y en estas palabras me gustaría contarte mi testimonio de vida, que de verdad espero, sea de gran ayuda en tu llamado.
Testimonio Apóstol Victor Doroschuk, Ministerio Vida y Paz, San Rafael, Mendoza

Todo comenzó en el año 1984 cuando iba de camino por la ruta nacional 3, en un camión Mercedes Benz 1114 escuchando unos cassettes de música cristiana de aquel entonces. Recuerdo que fue una tarde gloriosa, Jesús se introdujo al camión y desató su presencia con todo Poder; inmediatamente me tuve que detener a la orilla de la ruta por un largo tiempo (2 horas o más). Ese día me acosté en el piso de la cabina, llorando y agonizando, no podía soportar tanta presencia en mi cuerpo.

Durante el resto de los días, viajé a San Justo Buenos Aires. A participar de las cruzadas del evangelista Carlos Annacondia, donde quedé muy sorprendido al ver los milagros y señales en la gente. En esa mezcla de sensaciones, surgió un fuerte dolor por las almas perdidas. Fue en ese instante que determiné muy dentro de mí volcarme de lleno a la búsqueda del Espíritu Santo, sus dones y la revelación de lo que tendría que hacer, ya que no sabía más de lo básico del evangelio, y sumado a esto, mis complejos y timidez. El propósito se fue aclarando al correr el tiempo. El llamado a involucrarme en el servicio del evangelio fue un año y medio después.

Testimonio, Apóstol Victor Doroschuk con Carlos Anacondia, Ministerio Vida y Paz, San Rafael, Mendoza
Testimonio, Pas. Victor y Sara Doroschuk, Ministerio Vida y Paz, San Rafael, Mendoza

En el año 1983 conocí a Sara, y luego de una relación de noviazgo contrajimos matrimonio en 1986. Ya antes de comenzar una vida juntos yo estaba totalmente decidido a continuar con el llamado de Dios y cuando se lo conté a ella estuvo de acuerdo desde el primer momento. Ese día hicimos un pacto mutuo de servirlo de lleno. Al principio estaba la decisión que era servir, pero no sabíamos ni dónde ni cuándo. Un día tomé mi vehículo (rastrojero) y viajamos al litoral y casi nos decidimos por la ciudad de Concordia, pero lo dejamos pendiente, y después vinimos a San Rafael porque Dios me dio una palabra que era “Ve a los tuyos y los tuyos te recibirán”.

VE A LOS TUYOS Y LOS TUYOS TE RECIBIRÁN

Allí entendí que los míos estaban en la zona en donde yo me crié. Nuestra misión era poner una radio, porque no había emisoras cristianas en ese momento en la ciudad, y con la idea de abrir una iglesia. Muchas son las experiencias que viví en estos 25 años de servicio: cientos de viajes a muchos países, donde se me permitió predicar la palabra y ver manifestarse la gloria de Dios.

Cargados de necesidades, críticas, burlas, presiones, etc. De lo cual no se puede escapar nadie, comenzamos esta gran travesía y a través de ella de descubrimos con el correr de los años que todos somos llamados por Dios a su mies. Lo bueno es no darse por vencido y aceptar el desafío de Dios, al fin y al cabo, todos tenemos la misma cosa en común; hemos sido salvados por el amor de Cristo.

La expectativa que se generó en esos momentos fue única, la promesa de Dios, los sueños y el deseo ligado al primer amor, eran tan fuertes que las emociones actuaban al máximo, y estas ayudaban enormemente a no hacer caso a los primeros obstáculos que se originaban a partir de la decisión de dejar todo por el llamado del Señor.

NO NOS ARREPENTIMOS POR NADA EL HABER DEJADO TODO POR EL SEÑOR. SER LLAMDO AL MINISTERIO ES LO MEJOR QUE ME HAYA PASADO EN LA VIDA.

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