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VIRTUDES QUE ADORNAN


Verdaderamente es hermoso ver en esta época un árbol decorado y resplandeciente que alegra a quienes lo rodean y contemplan. No te equivoques, no me refiero al arbolito de navidad, hablo de aquellas personas cuyas virtudes adornan sus vidas y bendicen a los demás. Los auténticos árboles somos nosotros, los seres humanos, que estamos llamados a dar mucho fruto, a embellecer nuestras vidas con acciones, palabras y valores que beneficien a la sociedad.

Es curioso lo que sucedió cuando Jesús sanó a un ciego; cuenta la historia que, tomándolo de la mano, lo sacó fuera de la aldea; y después de escupir en sus ojos y de poner las manos sobre él, le preguntó: ¿Ves algo? Y él, levantando la vista, dijo: Veo a los hombres, pero los veo como árboles que caminan. (S. Marcos 8:24)

¿Cómo está tu vida? ¿Está cargada de tantas virtudes como guirnaldas, pelotas y luces tiene tu árbol de navidad? ¿Brilla más tu arbolito que tus acciones? Cada vez que observes una decoración navideña, recuerda que Dios quiere que sea tu corazón el que se adorne con los frutos y la gracia del Espíritu Santo. Primero lo interior, luego lo exterior. Vivimos muy afanados por las apariencias y poco enfocados en las esencias.

 

“Los auténticos árboles somos nosotros, los seres humanos, que estamos llamados a dar mucho fruto."

 

¿Qué tal si empezamos a embellecer nuestras vidas con los ornamentos que Dios nos da? Ellos están disponibles para quienes los busquen, y los podemos encontrar de distintos tipos, tamaños y colores. Dice 2 Pedro 1:5 “Añadan a su fe, virtud, y a la virtud, conocimiento; al conocimiento, dominio propio, al dominio propio, perseverancia, y a la perseverancia, piedad, a la piedad, fraternidad y a la fraternidad, amor.” Dice Gálatas 5:22 “Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fidelidad, mansedumbre, dominio propio”

¿No es hermoso ver como brillan estas virtudes en las personas? Es tiempo de añadir. ¿Qué estás añadiendo a tu vida? Con el paso de los años muchos añaden tristezas, rencores, resentimientos, enfermedades, amarguras, desconsuelo, desesperanza; pero hoy, Dios te invita a rejuvenecerte y a agregarle a tu vida el poder y la presencia del Espíritu Santo con el cual podrás reverdecer y dar mucho fruto.

“Bendito es el hombre que confía en el SEÑOR, cuya confianza es el SEÑOR. Será como árbol plantado junto al agua, que extiende sus raíces junto a la corriente”. Jeremías 17:8.

 

“Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fidelidad, mansedumbre, dominio propio"

Gálatas 5:22

 

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