La alimentación saludable es un tema por demás difundido en los últimos años; hay tantos libros y artículos sobre el asunto como opiniones al respecto, muchas de ellas opuestas entre sí que a veces desconciertan a quienes pretenden cambiar sus hábitos alimenticios. Sin embargo, es muy bueno que exista esta concientización entorno a nuestra manera de comer, pues la salud comienza en los alimentos. Le enseño a la gente que Dios hace muchísimos milagros de sanidad, pero que la salud es responsabilidad de cada uno. Si bien existen muchísimos avances en cuanto a la modificación de hábitos alimenticios, la realidad demuestra que aún seguimos comiendo mal; ya que está comprobado que más del 80% de las enfermedades son el resultado de nuestro modo de alimentarnos.
Si bien este tema pareciera actual y hasta de moda, en la Biblia encontramos un excelente referente en cuanto a la alimentación saludable. La historia de Daniel nos cuenta cómo él junto a otros jóvenes decidieron no comer lo que el resto de Babilonia comía, sino que pidieron alimentarse con frutas, verduras y agua.(Daniel 1:12) La traducción popular dice “legumbres” pero en realidad eran alimentos de plantas cuyos frutos producen semillas; tal cual fue al principio cuando Dios le dijo a Adán y Eva:
“He aquí que os he dado toda planta que da semilla, que está sobre toda la tierra, y todo árbol en que hay fruto y que da semilla; os serán para comer.” Génesis 1:29.
Quien nos creó sabe cómo debemos alimentarnos, y obedecer sus reglas es amarlo a él y a nosotros mismos.
En sólo diez días, Daniel y sus amigos se mostraban más saludables que el resto de los jóvenes. Ahora bien, no fue sólo por la alimentación que ellos eran mejores, sino porque oraban y buscaban a Dios para que su alimento no fuera sólo el del cuerpo sino el del espíritu.
Hoy en día hay mucha basura alimentando el cuerpo de la sociedad y también contaminado los corazones; no sólo se come mal, sino que también se presta el oído y la vista a programas chatarras que no sirven para otra cosa sino para enfermar.
Si quieres ser sabio e inteligente y no ser arrastrado por las corrientes presentes, cambia tu alimentación y busca a Dios en oración, te aseguro que no solo mejorará tu salud, sino que toda tu vida será transformada y lograrás crecer y prosperar.
“Quien nos creó sabe cómo debemos alimentarnos, y obedecer sus reglas es amarlo a Él y a nosotros mismos"