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Ap. Víctor Doroschuk

La limpieza y el amor


Todavía quedan algunas calcomanías de aquellas que dicen “yo amo mi ciudad”. Acompañadas de un bonito corazón y de algún mapa de la zona, estas calcomanías se pasean en la parte trasera de los autos, o se mantienen firmes en la puerta de las heladeras recordándoles a sus dueños el hermoso lugar en el que habitan.

Lo triste es que, si bien quedan algunas calcomanías, pareciera ser que cada vez son menos las personas que aman el lugar en el que viven. El amor se demuestra en el cuidado, el en trato, en los detalles.

La gente ama sus pasiones, ama sus actividades y placeres, pero descuida el medio ambiente que lo rodea. Como dice un conocido conferencista, la calidad empieza siempre desde la limpieza, la productividad empieza desde la limpieza, la ecología empieza desde la limpieza, la salud empieza desde la limpieza.

Una de las virtudes más nobles del ser humano es la limpieza, pues ella es una expresión del amor. Pero sucede que los que dicen que aman a este bendito país, y se sienten orgullosos de ser argentinos, lo ensucian más que antes. Basta ver cómo queda un lugar donde hubo mucha gente para ver si existe amor por la tierra. Las playas llenas de basura, bolsas y papeles desparramados en las plazas, veredas sucias.

Si enseñamos a nuestros niños que la limpieza no es un castigo sino un valor, podremos tener un futuro mejor.

 

"Una de las virtudes más nobles del ser humano es la limpieza, pues ella es una expresión del amor."

 

La educación debería tratar estos temas, pero todo empieza por casa. Los chicos aprenden más de nuestro ejemplo que de nuestras palabras. El amor se debe manifestar en limpieza y cuidado. Si tu amas tu vida deberías ver cómo estás cuidando tu cuerpo y tu corazón. Debes reflexionar sobre que alimentos ingresas a tu organismo, cuantos vicios están destruyendo tu salud, que tipo de ejercicios haces para evitar el sedentarismo y sus consecuencias.

También debes fijarte como está tu interior, que basura ingresa por tus ojos y por tus oídos, que infectan tu alma y te llevan a la muerte espiritual.

Sólo la palabra de Dios puede limpiar tu corazón, si verdaderamente te amas correrías a limpiarte de las inmundicias de este mundo pues no solo hay que limpiar el exterior sino también el interior.

 

"Vengan ahora, y razonemos, dice Dios, Aunque sus pecados sean como la grana, Como la nieve serán emblanquecidos. Aunque sean rojos como el carmesí, Como blanca lana quedarán."

Isaías 1:18.

 

Foto: Shutterstock

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