Puedo asegurar que en la actualidad hay más parejas en crisis que historias felices. Además de haberse incrementado exponencialmente el número de divorcios en los últimos años, se han multiplicado las parejas que, sin separarse, están atravesando un verdadero infierno conyugal. Estos serios conflictos están socavando la vida de millones de hombres y mujeres como así también la de sus hijos, y en poco tiempo se desmoronan familias estrepitosamente dejando secuelas muy dolorosas. Hoy por hoy los matrimonios estables, maduros y consolidados son la excepción a la regla, se ha invertido la proporción y la mayoría de las relaciones penden de un hilo.
Al hablar con las parejas en crisis noto que uno de los factores más comunes que desencadenan verdaderas catástrofes es pretender solucionar los problemas recurriendo a las herramientas equivocadas. Debido a la falta de consejos, de buenos ejemplos, de sabiduría y muchas veces de voluntad, los cónyuges utilizan recursos tóxicos y letales para cualquier relación. Los reproches, insultos, descalificaciones, amenazas y violencia son la moneda corriente con las que se pagan en el trato mutuo. Si estás atravesando una situación similar te sugiero cambiar de estrategia.
"Recuperar y edificar la relación es posible si escoges bien las herramientas. "
Cuando estés en medio de una discusión, en vez de abrir el cajón del odio y la venganza, te aconsejo que te dirijas al depósito eterno del amor divino. Allí Dios ha provisto todo tipo de recursos necesarios para vivir un matrimonio pleno, saludable y feliz. En el encontrarás al perdón, una joya que se destaca por producir cambios, sanidad y restauración. También deberás tomar la llave de la comunicación, con la cual abrirás la puerta al diálogo y podrás comprender más profundamente a tu cónyuge. Recurre a la humildad, para reconocer que también tu cometes errores y que debes pedir perdón. Que no se te olvide tomar un poco de humor, empatía y por sobre todo paciencia y dominio propio.
Si en vez de andar llorando por los rincones, pateando puertas o lanzando toda clase de insultos hacia tu pareja, eres obediente a los consejos de Dios, tu vida y la de tu familia experimentarán sanidad, libertad y restauración.
Sé que este es un tema muy sensible y preocupante, y que afecta a millones de personas, pero también sé que Dios está dispuesto a ayudar a aquellos que, mediante la fe, se acercan Él.
Que Dios bendiga tu vida, sane y restaure tu relación, en el nombre de Jesús. Amén.
Foto: Shutterstock