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Ap. Víctor Doroschuk

El poder de la convicción


Las personas de firmes convicciones son valoradas y respetadas por tener la capacidad de alcanzar todo lo que se proponen. La convicción se levanta como un valor personal que infunde confianza y determinación para seguir adelante a pesar de las pruebas, depositando una seguridad interior que se percibe como valentía y poder.

Este tipo de convicción es fundamental para emprender y afrontar muchos de los aspectos de la vida. Sin embargo, hay otro tipo de convicción que es aún más importante, pues no solo afecta esta vida sino también venidera; me refiero a la convicción de pecado.

La convicción de pecado seguida de la confesión y un genuino arrepentimiento, trae como resultado libertad, gozo, paz y vida eterna.

 

"La convicción de pecado seguida de la confesión y un genuino arrepentimiento, trae como resultado libertad, gozo, paz y vida eterna. "

 

Hay personas que jamás se han sentido identificada como pecadoras, ni siquiera se juzgan como deudoras del cielo, es más, para algunos, Dios es el que está en deuda con ellos y viven como si el cielo les debiera un favor, se han vuelto inmunes a la reflexión, a la humildad y al arrepentimiento.

Es muy importante que las personas entiendan que lo que oprime y agobia a la sociedad es el pecado, pues es él quien habilita los múltiples ataques del infierno en las familias y en el mundo entero. Muchas personas lo comprenden al oír la palabra de Dios, pero otras son reacias al evangelio y en vez de tener convicción de pecado, tienen la convicción de seguir haciendo su propia voluntad ignorando lo que el Creador dice. No obstante Dios, en su amor y misericordia, viendo que esas personas se irán al infierno si no nacen de nuevo; permite situaciones difíciles para que, mediante esa prueba, la gente se direccione hacia Jesucristo, se humille y pida perdón.

Hay familias que están pasando por un sin número de problemas muy duros. Lo que deben saber es que están siendo quebrantados con el propósito de que encuentren la salvación de sus almas. Pido a Dios que te conceda convicción de pecado y que tu arrepentimiento sea genuino, propio de un corazón contrito y humillado, pues es muy común que frente situaciones trágicas la gente se acuerde de Dios, pero muchas veces el arrepentimiento que nace en la tormenta muere en la calma.

Si estas atravesando un momento difícil, considéralo como un llamado de Dios para que te vuelvas a él de todo corazón y con determinación, y él te recibirá lleno de misericordia y amor.

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